y lo único que vi
fue la marca
de ese silencio vertical
que te eleva junto a mí.
El pelo
fue la cortina
y las sábanas calientes
aparecieron con la piel
reflejada y guardada
a través de la mirada
o a través de él.
Puedo beberme
ese veneno de serpiente
y tragarme solamente su ansiedad.
Puedo
aliviarme
sin haber cuerpo presente.
Puedo
aparecer sonriente
si me ofreces de tu mente la piel
que deja y siempre al mudar
el cuerpo de esa serpiente.
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