viernes, 9 de marzo de 2018

Tes

En el tímido rincón, el velo solo quiere asomarse.

Las puertas, cerradas o abiertas quedan muertas,
perfumadas de hambre siendo hambrientas.

Perfumadas de sed, desiertas y asomadas
en el último rincón del espejo
que hizo viejo el rostro de ese mar
que por amarse dejó de respirar
enterrando su cuerpo con la espuma
que no dejo nunca  de mirar.

Todos los espejos se empañaron.

El horizonte nació sin dejarme de mirar.

La luna me mintió, al olvidarse de pensar.

Cuando nada tiene sentido
lucho por estar.

Si el camino es frío, solo quiero caminar.

Si las ramas y las hojas del árbol  se secaron
me devuelvo a corazón para latirme en lo alto
de la copa de su manto escuchando la canción.

Todas las verdades fueron una
y la única verdad
fue la ultima palabra
que con aire se marcho.

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