al lado de la chimenea.
Tu boca
regalándome su aire.
Tus manos me acompañan al portal
y el sueño, sigue girando
como una única ola
sin romper, en el acantilado imaginado
donde quedó grabado tu corazón
al lado de mi, en la pared
con la tiza blanca del mar
La sal.
Ibas, yo venía.
Te acercabas
y los lados de mi cama eran cortinas.
Regresaba
y tus sábanas dormían compartidas.
Iba, tú venías
y la acera me alejaba
de la única mirada que besaba mi vida
y partias.
El acantilado imaginado
volvía a repetir,
Regresaba
y tus sábanas dormían compartidas.
Iba, tú venías
y la acera me alejaba
de la única mirada que besaba mi vida
y partias.
El acantilado imaginado
volvía a repetir,
tantas veces, que lo olvidé
sin olvidarme de ti.
La luz.
Te fuiste y ahora estás aquí.
Me fui, para estar junto a ti.
Como las líneas de una carretera
separadas y tan cerca
pero en la misma dirección.
El camino
sin olvidarme de ti.
La luz.
Te fuiste y ahora estás aquí.
Me fui, para estar junto a ti.
Como las líneas de una carretera
separadas y tan cerca
pero en la misma dirección.
El camino
no es lo importante
y quedan:
El paisaje, la brisa, el sol, la lluvia,los árboles, el rio, las montañas, la luna y el cielo.
El camino es lo de menos.
Lo que importa
es que lo hagamos los dos.
A Nuria y Nacho
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