miércoles, 3 de enero de 2018

Junto a la orilla

Rostros escondidos.

Cuerpos y sombras, tumbados,
encima del cemento.
Brazos  cruzados,
aullidos de lamento.

En mármol, pies descalzos...
quedan siempre
dedos frios.

Toda la sangre de mi cuerpo
dió color, a la colcha de una cama.

Y salí,
de tu boca lavadora,
para quedarme en el suelo,
tumbada, mojada, y sin ropa.

Aunque mi cuerpo pueda verse,
escapé por la ventana abierta,
y volé buscando el mar,
usando con mis pies sus dos aletas.

Solo son segundos, pero,
los siento eternos.

Mi cabeza,
se abrazó con sus rodillas.

La luz, fue corazón
con mil bombillas.

Mi boca se cerró.
Y soñé con un sueño.

Abierto...

tan lejano, y asustado como yo.



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