perdí la vida en un momento.
Los dos últimos pasos, fueron en horizontal
y mi cabeza acarició por un cristal
el gris de un alquitrán vestido de cemento.
Mi última palabra: ¿Ya?
Y el pensamiento fue detrás
como una sombra de su cuerpo
y en silencio.
Hoy estoy dentro del muro,
entre jardines vacios
y voces lejanas,
separado de la vida
por el aire nada más.
Solía pasear,
acompañando la luz del sol.
Solia soñar,
y fueron mis sueños
lo único en la vida
que me quise llevar.
Como el Mar, aliado
con el Sol.
Una canción, únicamente.
Eterna...
Palabras.
Un ligero susurro...
Y el beso a corazón
más infinito.
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